Recolección de plantas medicinales
A todos nos gustaría tener una despensa para almacenar nuestras plantas medicinales. Durante la época de calor, es muy frecuente ver por el campo o por nuestros jardines, menta, hierbabuena, lavanda, romero... pero que pasa cuándo llega el invierno? Os voy a contar cómo podemos recolectar las plantas y guardarlas para tener provisiones durante todo el año.
Se deben de recolectar sólo plantas sanas, bien desarrolladas y en tiempo seco. Es muy importante identificar correctamente la planta, ya que hay especies muy similares entre sí que pueden llevarnos a peligrosas confusiones, sobretodo con las que encontramos en plena naturaleza.
La recogida debe hacerse especie por especie, separando seguidamente las plantas en cestos al aire o sobre un papel para evitar su marchitación y degradación.
La hora más recomendable es durante la mañana, después de que se hayan secado del rocío matutino. Si la búsqueda es en el campo, es necesario elegir un lugar alejado de la carretera para evitar la contaminación de los coches, y de tierras cultivadas con herbicidas y plaguicidas, esto es muy importante!
La época de recolección depende de cada planta, si el uso de las plantas va a ser la extracción de activos para uso terapeútico, habrá que ser más estrictos en éste sentido. Si el uso futuro es culinario, podemos cortar las ramitas en cualquier momento mientras que la planta se vea verde y sana.
En general, si nos interesa la raíz o rizoma de una planta, como con la consuelda, angélica, ruibarbo o valeriana, la mejor época es durante el otoño, aunque a veces se realiza también por la primavera, ya que es cuando contiene el máximo de sustancias activas. Antes del secado es conveniente lavarlas con un poco de agua para eliminar los restos de tierra y materia muerta adherida.
Si se trata de las hojas, la recolección se realizará al comienzo de la floración eligiendo las hojas de mejor aspecto y jóvenes, que no tengan manchas que pueden ser indicativas de alguna enfermedad. Nos puede interesar las hojas en plantas como el frambueso, malva, llantén, olivo, hierbabuena...
Mientras que si lo que necesitamos son las flores como la malva, manzanilla, tilo, saúco, caléndula... la recogida será una vez que están abiertas y no humedecidas, y el color y fragancia deben permanecer tras el secado.
En cuanto al tiempo de secado, suele ser corto, durante el verano, con el calor natural, tardan en secarse entre 4 y 8 días. Durante el invierno necesitan más tiempo. Lo apropiado sería elegir un lugar a la sombra y ventilado. El sol normalmente provoca una pérdida de sustancias activas desvalorizando su poder medicinal.
Se pueden dejar secar sobre un cesto o bandeja de madera (de las típicas de fruta), en finas capas, al no ser macizo, el aire puede circular sin problema. Los ejemplares enteros, pueden secarse el ramilletes colgados, con las flores hacia abajo, así es como solemos hacer el secado en mi casa. Sujetamos las plantas por una cuerda de tejido natural y las colgamos aprovechando un tubo metálico que pasa por el techo, también se puede poner una cuerda gruesa bien sujeta. Tardan poquitos días en secarse y el aroma que deja a toda la estancia es increíble.
En cuánto al almacenaje, hay varias opciones. En sacos de tela, botes de cristal bien cerrados, bolsas de papel, cajas de madera... Lo ideal es intentar evitar los recipientes de material plástico y que no entre la luz directa del sol.
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