Las emociones ocultas tras la comida
La parte emocional de la alimentación es una cuestión que a menudo queda en un segundo plano, pero lo que trataremos a continuación se ha convertido en una situación bastante corriente hoy en día y merecía tener un poco de protagonismo.
¿Alguna vez has empezado a picar algo de comer y has tenido la sensación de no poder parar?
¿Sufres continuamente antojos de alimentos concretos (la mayor parte de las veces procesados y poco sanos)?
Entonces acomódate en tu asiento que quizás te interese lo que voy a contar...
Si es así, bienvenido al club... somos muchos a los que nos ha ocurrido lo mismo alguna vez, pero, hay algo escondido detrás de esta situación?
Se refleja en un hambre y apetito voraz, es una sensación rara, darías todo por comerte un simple bocadillo o un donuts en ese mismo momento. La gran parte de las veces, se trata de carbohidratos de absorción rápida, azúcar vaya, pero puede ocurrir con otros alimentos.Verdaderamente crees que NECESITAS comer, no es un capricho. Y en ocasiones cuando ésta sensación no es correspondida con comida, van seguidos de sentimientos y emociones negativas: frustración, rabia, ansiedad, enfados...
A veces esta necesidad por comer viene derivada de una dieta desequilibrada en la que el recubrimiento nutricional no es el adecuado, por lo que el organismo "pide" lo que le falta (minerales y vitaminas).
Pero en muchas otras ocasiones, lo que hay detrás, son unos sentimientos y emociones que no somos capaces de gestionar de otra manera. Algunas personas, ante malas circunstancias o momentos desagradables, se les "cierra el estómago", no son capaces de probar bocado, sin embargo, a quien le ocurra lo que estamos tratando, puede pegarse auténticos atracones de comida. Es probable que luego vengan las molestias digestivas, pesadez estomacal, malas digestiones e incluso, lo que es más grave, sensación de culpabilidad.
¿Qué podemos hacer?
Cuando te ocurra, lo primero es tratar de analizar nuestro hambre. Para durante 5 minutos y pregúntate, ¿es realmente hambre? con una causa físiológica? o por el contrario, hace poco tiempo que ingerí comida y puede tratarse de un hambre emocional?
Si se tratase de lo último, intentaríamos examinar que emociones han podido desencadenar esa falsa sensación de apetito.
Haz un diario donde anotes todo lo que sientas antes y después de las comidas, así como todo lo que te molesta, te duele, te pone nervioso o te produce estrés. Hazteconsciente de los sentimientos que te han producido cada una de los acontecimientos que han tenido lugar en tu día.
Quizá haya ocasiones en las que pensar en la emoción primitiva, dejándote fluir sobre ella, y tratando de afrontarla de otro modo, sea suficiente para que esa sensación de hambre desaparezca.
Intenta canalizar esa emoción "problemática" de otro modo, poco a poco. Por ejemplo si sientes nerviosismo, tensión, ansiedad o estrés, puedes ir a dar un paseo, hacer ejercicio, o ayudarte con la meditación o una serie de respiraciones conscientes. En cambio si lo que te invade es un sentimiento de soledad, frustración, miedo, o dolor, coge un cuaderno y escribe todo lo que se te pase por la cabeza, sin medir las palabras, habla con alguien sobre lo que sientes o incluso pega un grito si crees que es necesario. Permite sentir todas las emociones. No las juzgues demasiado, simplemente acéptalas como son y probablemente poco a poco vayan desapareciendo.
Mientras "intentamos" hacer las paces con nuestras emociones, cuando nos ocurra, podemos optar por snacks más saludables, por ejemplo una pieza de fruta fresca, una tostada integral, unos chips garbanzos, verdura deshidratada o crudités, un zumo o batido, una onza de chocolate negro... Hay muchas alternativas sin tener que recurrir a bollería industrial, pizzas, patatas fritas etc... También puede ayudarnos para calmar la ansiedad la valeriana, el lúpulo, passiflora, melissa, espino albar...
Si que es cierto que hay alimentos que contienen triptófano, un aminoácido que favorece la producción de serotonina en el organismo, y pueden servirnos de utilidad en éstos momentos, como los cereales integrales, algunas semillas, huevos, verduras, legumbres, pescado, frutas y frutos secos. También puede ayudarnos para calmar la ansiedad la valeriana, el lúpulo, passiflora, melissa... incluso hay marcas que comercializan complejos de fitoextractos con vitaminas del grupo B y triptófano. Pero nuestras emociones encapsuladas van a seguir estando ahí sino hacemos un trabajo interno con ellas.
No veo ningún problema en comer algo que nos apetezca de vez en cuando, de hecho la alimentación nunca debería causarnos estrés, agobio ni malas sensaciones, todo lo contrario. El problema comienza cuándo esto pasa a ser una práctica habitual, y al final se convierte en un círculo vicioso en el que la comida es la única "salida" de todos nuestros problemas.
Visit hobby ladies and chat with hot ladies all night long